Primero, antes de cualquier otra cosa, deberíamos tener claro qué es un fideicomiso. Y si bien los fideicomisos parecen no ser complicado, encierran ciertas peculiaridades que los hace interesantes, pero hagámoslo simple y comprensible: un fideicomiso es un conjunto de bienes, un guardadito pues, que puede consistir en dinero, inmuebles, muebles y otros activos que alguien, que en este caso recibe el nombre de fideicomitente, entrega a una institución -un banco generalmente- que recibe el nombre de fiduciario, para que lo administre y le entregue a un beneficiario, en este caso el poder judicial para que cumpla un fin lícito, que en este caso, son varios fines lícitos al ser varios fideicomisos.
Usted podría pensar que la figura está curiosa, medio enredada y en el último de los casos ¿por qué no darle el dinero al poder judicial directamente para que haga lo que tiene que hacer con él? Bueno, imaginemos que usted tuviera el dinero para garantizar la manutención de sus hijos por el resto de sus vidas, hablando de todo, estudios, comida, vivienda, etc. ¿Se los daría todo de trancazo confiando en que ellos administrarán el dinero? ¿O vería que una institución relativamente confiable lo administrara por ellos, obtuviera rendimientos y cada cierto tiempo les diera lo necesario para cubrir lo que necesitan? Siguiendo este ejemplo, los fideicomisos fueron creados para la tranquilidad de todos, de usted; confiando en que sus hijos no podrán malgastar el dinero y quedarse sin un centavo; de ellos, confiando en que usted no va a agarrar el dinero para unas vacaciones a todo lujo y los deje sin futuro y bueno, el fiduciario recibe un pago por cuidar ese dinero.
Entendido lo que es un fideicomiso, vayamos a la carnita: ¿Por qué van a extinguir los fideicomisos que hasta ahora tenía el poder judicial? Bueno, la respuesta tiene de todo, verdades, verdades a medias y mentiras. Y precisamente en esa maraña de dichos es donde se pierde toda objetividad. Pero vamos por partes: El gobierno federal dice que por un lado, quienes integran el poder judicial ganan muchísimo dinero y no hacen nada por la sociedad y que esos fideicomisos sirven para que se den vida de ricos y que el gobierno ya les da el dinero necesario para que encima, tengan toda esa lana ociosa.
El poder judicial dice que nel, que ese dinero es para pagar prestaciones de su personal, pensiones y otros gastos que no están cubiertos en el presupuesto ordinario y que mediante su extinción se ponen en riesgo derechos laborales de sus trabajadores.
Lo cierto es que si bien, muchos podrían ver como inalcanzables las prestaciones que perciben magistrados y jueces, éstas no son del todo autoimpuestas, sino producto de negociaciones y concesiones de larga data, tampoco son beneficios que tengan todos en el poder judicial, sino mayormente aquellos que ostentan los mejores cargos, la gran mayoría de los servidores públicos en el poder judicial son personas que si bien, tienen buenas prestaciones, podrían considerarse personas de clase media. ¿Hay abusos y excesos en el poder judicial? Por supuesto, pero hacer pagar a la mayoría por culpa de una minoría que se da la gran vida, NO es la respuesta. Además, muchos de los rubros que cubrían los fideicomisos no se comparan con el dinero otorgado en el Presupuesto, basta un ejemplo: el fideicomiso destinado al desarrollo de infraestructura del nuevo sistema de justicia penal tenía cuatro mil ciento noventa y siente millones de pesos, en número: 4,197,000,000.00 y en cambio el presupuesto asignado para el mismo rubro es de cien millones de pesos, es decir, una diferencia de más de cuatro mil millones de pesos. A dónde van a ir a parar esos CUATRO MIL MILLONES DE PESOS que resultan de la extinción de uno solo de esos fideicomisos. Y cabe una pregunta aún más interesante: sin controles, como los hay en un fideicomiso, ¿hará mejor uso del dinero el gobierno?