Según lo afirma el propio diputado Ricardo Monreal, en los próximos días la Cámara de Diputados votará para aprobar la reforma constitucional que extingue no uno, sino un total de siete organismos autónomos:
• Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece)
• Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
• Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)
• Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)
• Comisión Reguladora de Energía (CRE)
• Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación.
• Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI)
Y bueno, a estas alturas a nadie le extraña que la agenda de este gobierno vaya por ese camino. Se saben con el poder para implementar toda reforma que les resulte útil para esconder datos e información, para borrar los datos y la estadística que muestre el deterioro en todas las áreas críticas del gobierno: educación, salud, economía, seguridad. Para callar las voces que no necesariamente son adversarias, sino objetivamente críticas de las políticas y acciones de un gobierno rapaz.
Pero, más allá de si este camino es el correcto, una de las cosas que más sorprende es lo dicho por el Diputado, quien afirma en relación a la reforma: “comprender que es un compromiso adquirido en las urnas y que vamos a continuar con nuestra obligación con la mayoría del pueblo de México”. Y me sorprende porque es un discurso cada vez más común, en el que los políticos electos, afirman, más que nunca REPRESENTAR a un pueblo y afirman que sus actos, tienen como única finalidad hacer valer las instrucciones que, esa figura omnipresente y un tanto nebulosa de “PUEBLO”, les ha dado.
Como intérpretes, pitonisos, adivinos, clarividentes que interpretan la “voluntad” de un “pueblo”. Sabios que dominan la sorprendente habilidad de deducir los deseos del pueblo, únicamente a través de la tacha que un día plasmaron en una boleta.
Pero quizá es solo mi escepticismo. Mi resistencia a creer que el Pueblo, así fueran esos 34 millones de votantes, otorgó un mandato tan amplio, tan susceptible de interpretarse a contentillo de algunos políticos, sin ninguna clase de excepción. Quizá sea solo eso. Pero no sé. Valdría la pena preguntarles a ellos, a ustedes. ¿Por eso votaron?