Por Rodrigo Anell Ortiz “El Cubo”
Este fin de semana se consumó un fracaso más en el intento de proyectar a Morelos como un referente deportivo nacional. La llamada Copa Morelos: “El Torneo que nos une”, celebrada en el estadio Agustín “Coruco” Díaz, terminó por desunir más de lo que logró convocar.
La presencia de equipos de renombre como Chivas, Cruz Azul, León y el Atlante como anfitrión prometía una fiesta deportiva inolvidable. Pero el evento dejó más preguntas que goles, más frustración que aplausos y un sabor amargo entre los aficionados que, una vez más, se sintieron relegados.
El fracaso de asistencia fue rotundo: menos de 5 mil personas en una final que, en teoría, debía ser el plato fuerte. Y aunque algunos quisieron culpar al clima o a la apatía, la realidad es más clara: los precios eran altos para ese espectáculo con equipos que en su mayoría trajeron juveniles, excepto el equipo de Chivas quien contó con la mayor parte de su plantel. Pretender cobrar mil pesos por cuatro partidos en un estado donde muchas familias viven al día, fue un error tan evidente como costoso.
El golpe fue tan fuerte, que una semana antes del evento bajaron los precios a 400 pesos por día. Esa improvisación fue lo único que evitó que las gradas quedaran vacías, pero también evidenció la ambición desmedida de los organizadores y su desconexión con la realidad social de nuestro estado.
A eso se suma la falta de coordinación con los municipios. Quienes han sabido organizar eventos exitosos no fueron tomados en cuenta. Todo quedó centralizado en un Gobierno Estatal que, parece, aún no entiende que el deporte no se impone, se construye desde la comunidad.
Y como si no bastara, la polémica entrada del Atlante al Coruco Díaz, respaldada por la gobernadora Margarita González Saravia, sigue generando más rechazo que entusiasmo. La afición siente que le arrebataron algo que era suyo, sin consultar, sin consenso, sin corazón.
Por si fuera poco, la presencia de policías armados en la cancha, una clara violación a las reglas internacionales del fútbol, nos recordó que aquí, en Morelos, se sigue improvisando hasta en lo más básico.
El deporte es una herramienta poderosa para unir, para sanar, para generar comunidad. Pero lo ocurrido este fin de semana en Zacatepec es la muestra clara de cómo la mala planeación, la ambición económica y la falta de sensibilidad política pueden convertir un evento con potencial en un símbolo de fracaso.
Desde Oriente Radio no nos cansaremos de decirlo: el fútbol no se trata de dinero, se trata de pasión, de identidad, de pueblo. Mientras eso no lo entiendan quienes están en el poder, seguirán organizando torneos vacíos, en estadios tristes, con gradas llenas de silencio.
Rodrigo Anell Ortiz “El Cubo”
Director de contenido Oriente Radio












































